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Alfabetización: Lograr la autoestima

Contexto del analfabetismo en Haití

El analfabetismo es uno de los mayores obstáculos de los pobres. La alfabetización es un derecho básico de todos los hombres y mujeres. Cuando se tiene acceso a este precioso derecho, se puede obtener el conocimiento y la competencia necesarios para funcionar mejor en la sociedad. Sin esta herramienta esencial, una persona permanece marginada y frustrada. El analfabetismo constituye un verdadero obstáculo para el desarrollo social y económico. Cuando las personas no tienen confianza en sí mismas, no podemos esperar que tengan confianza y seguridad en los demás o que tengan la capacidad de cooperar para crear empresas y generar ingresos. El analfabetismo puede entenderse entonces como una condición que impide el desarrollo humano. Es imposible emprender acciones de desarrollo sostenible sin dar prioridad al problema del analfabetismo.

Cuando los hombres y las mujeres aprenden a leer, escribir y a usar las matemáticas básicas, descubren su propia capacidad de aprendizaje. Esto se convierte en un primer paso para lograr la confianza en sí mismo. La confianza en uno mismo lleva a la confianza en los demás. Esta confianza recíproca y colectiva es esencial cuando se emprenden actividades de desarrollo sostenible. En Haití, se estima que la tasa de analfabetismo nacional es del 56%. En las zonas rurales donde está presente FIDA/pcH, esta tasa se sitúa entre el 70% y el 80%. La alfabetización y la capacitación de adultos que incluye el diálogo y la participación se ha convertido en el centro de toda la programación de FIDA/pcH, ya que se entiende que es la estrategia más apropiada para sentar las bases del desarrollo sostenible.

Es esencial que en todas las sesiones de capacitación se tengan en cuenta la cultura y las experiencias de los beneficiarios. Por lo tanto, toda capacitación y cualquier otra forma de comunicación debe realizarse en su idioma nativo. Esto demuestra el respeto por los demás y por cada miembro dentro del proceso de desarrollo. Las acciones y actitudes de quienes dirigen el proceso de desarrollo deben ser un ejemplo de respeto. Cuando ofrecemos respeto, nos volvemos influyentes y más capaces de aliviar la frustración a favor de la confianza en uno mismo y en los demás.

FIDA/pcH imparte cursos de alfabetización a miembros adultos de cooperativas agrícolas y grupos de agricultores. Esos beneficiarios, de entre 18 y 55 años, suelen ser simples agricultores que viven en comunidades rurales de Haití. Las mujeres suelen constituir entre el 52% y el 56% de los miembros. Las mujeres ocupan un lugar especial en el sector social de Haití, pero por lo demás están marginadas en parte debido al analfabetismo. Estamos motivados para llevar a cabo la alfabetización con el fin de corregir una injusticia social. Como el resto del mundo, los haitianos merecen la oportunidad de alfabetizarse. Aunque esta oportunidad está surgiendo más tarde en la vida, los cursos de educación de adultos estimulan la conciencia y la confianza en sí mismos de los agricultores, lo que les permite mejorar su situación social y económica. Debemos darles el poder de decidir por sí mismos.

Los programas de alfabetización se llevan a cabo cada año en un programa de tres años, con los participantes divididos en tres niveles. El nivel I incluye a aquellos que nunca han asistido a ningún establecimiento educativo. El nivel II incluye a aquellos que tienen un conocimiento rudimentario de lectura, escritura y matemáticas. El nivel III incluye a aquellos que han completado con éxito el nivel I y el nivel II, o que ya tienen los conocimientos previos. La duración de cada nivel es de 9 meses, 2 horas por día (10 horas por semana). En el Nivel I, las sesiones tratan los conocimientos básicos en comunicación y matemáticas. Los otros dos niveles aplican los conceptos aprendidos en el Nivel I para centrarse en una serie de temas relacionados con la transformación social y económica. Todos los temas se discuten con el objetivo de lograr una mayor comprensión y conocimiento. Las sesiones específicas relacionadas con la salud, la protección del medio ambiente, la agricultura y el desarrollo cooperativo se discuten tanto teórica como prácticamente. Esto permite a los participantes conectar su aprendizaje con su entorno.

Estrategia para eliminar la alfabetización

El programa de eliminación del analfabetismo es un programa de capacitación dinámico que cuenta con varios actores, incluido el monitor de alfabetización. Estos individuos son elegidos de la comunidad y reciben una capacitación adecuada que los equipa para facilitar la formación de sus pares. La capacitación de los monitores se centra en una estrategia que subraya la importancia del diálogo. El monitor se convierte en facilitador y el participante adulto es el sujeto de su capacitación. Se les coloca en el centro de su formación. El método se basa en sus propias experiencias como adultos. El diálogo les lleva al descubrimiento de nuevos conocimientos sobre objetos, acciones, causalidades y eventos que se encuentran en su propio entorno inmediato. Tienen la oportunidad de reflexionar, discutir y proponer soluciones basadas en sus propias experiencias. Por ello, la formación de los monitores es extremadamente importante.

La herramienta más importante en el proceso de capacitación es el idioma kreyol; el idioma que todos los haitianos hablan y entienden. Este es un punto de demostración de respeto por los beneficiarios. Uno no puede ayudar a otro a aprender eficazmente en un idioma que no conoce. La utilización del idioma haitiano mejora el aprendizaje. El estudiante entiende automáticamente y aprende más rápidamente.

La experiencia de la vida en un centro de alfabetización, aunque sea corta (2 horas por día) es una experiencia de convivencia. Psicológicamente, la influencia del grupo afecta al individuo. Los participantes empiezan a aprender de sus fortalezas y sus debilidades. También aprenden a identificar el valor de los demás. De hecho, tratan de aumentar su valor, siguiendo las indicaciones del monitor que trabaja como facilitador. Por ello, la capacitación adecuada de los monitores desempeña un papel tan importante en el funcionamiento de los centros de alfabetización. Mediante el proceso de distribución de tareas y responsabilidades a los diversos grupos de los centros, se obtiene una lección de liderazgo y de servicio a los demás.

Además de ser el facilitador en el aprendizaje de adultos, el monitor de alfabetización es el cerebro del centro. Los monitores son humildes, pacientes, responsables y respetuosos con los demás. Realmente deben (y lo hacen) encarnar todas estas cualidades. El éxito del centro depende en gran medida de que el monitor sea un modelo para los alumnos, y de que éstos tengan confianza en ellos. Es un gran desafío y una gran responsabilidad ser un monitor de alfabetización.

Es natural suponer que cada alumno tiene una motivación personal para participar en el proceso de aprendizaje. En la alfabetización de adultos también hay una motivación colectiva; todos los participantes desean tener la capacidad de identificar y escribir su nombre y apellido. Gran parte de la frustración de un individuo analfabeto descansa en la capacidad de llevar a cabo el único acto sencillo que la mayor parte del mundo puede realizar: el de firmar un documento. El día en que un hombre o una mujer supera este obstáculo, comienza a descubrir un milagroso sentimiento de posibilidad personal. Es la victoria más importante sobre una incertidumbre profundamente arraigada.

Muchos cambios se producen cuando un participante es capaz de escribir su nombre. Típicamente, el triunfador encontrará cualquier ocasión posible para celebrar su victoria. Una de las ocasiones que simplemente no puede resistirse es escribir su nombre para el placer de sus cónyuges e hijos. En Haití, cuando se requiere una firma y la persona no puede escribir, hacen una "X" en lugar de su nombre. Es precisamente a través de la escritura de su nombre que gran parte de su frustración desaparece. Por eso también, en los centros de alfabetización, las primeras actividades que realiza el monitor incluyen el nombre de pila de cada participante. En primer lugar, identifican sus nombres; luego, paso a paso, comienzan a escribir sus nombres completos. Para el observador, es una experiencia sumamente gratificante y conmovedora.

Al final del proceso de capacitación, es importante evaluar los conocimientos adquiridos y tomar nota de los logros alcanzados. Para los alumnos, el momento más importante es la graduación. Es la última celebración de sus esfuerzos y su sacrificio. Esta actividad también forma parte del proceso de aprendizaje. Es fácil observar la dinámica positiva del grupo que se prepara para la ceremonia de graduación. A través de las iniciativas y decisiones tomadas en el grupo, se puede identificar fácilmente a los líderes de base. Su capacidad y creatividad es claramente evidente.

La alfabetización es una misión en la que el objetivo es la transformación de la persona humana para lograr una verdadera transformación socioeconómica de las comunidades. Un programa de alfabetización integrado asegura una base sólida para toda acción de desarrollo futuro.

por Pierre Richard Pierre, Coordinador de País, Haití

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